domingo, 25 de septiembre de 2011

Se cierra el blog!

Bien, blog abandonado. Arbol seco y flor marchita.
Fue lindo mientras duró pero en mi vida solo entra capacidad para ctualizar un único blog y elijo
mi otro espacio llamado "Energía en Movimiento". Gracias por haber participado de Diario de un Arbol pero los redirecciono...

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Adiós! :)

viernes, 7 de enero de 2011

Lluvia verde que forma remolinos entre mis raíces y danza con fuerza formando trampas de hojas secas.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Gato


Hoy un gato se estiró y durmió la siesta en uno de mis brazos.
Sus colores pálidos contrastaban con mi piel oscura humedecida por las últimas lluvias.
Ronroneó y se relajó como nunca. Y yo feliz lo invité a quedarse toda la noche.
Pero era un gato viajero y ermitaño, al que le gustaba saltar de rama en rama. De bosque en bosque.
El animalito se fue incando uñas en la tierra. Y yo vi como su cola se ondulaba en el horizonte hasta desaparecer de mi vista.

martes, 9 de noviembre de 2010

Por siempre.


Y viví por siempre. Primero hundiendo raíces en la tierra humeda, luego penetrando mis tintes en su piel tierna.

jueves, 28 de octubre de 2010

No fue un accidente.


Crecí de una semilla nueva olvidada en la tierra.
Le sonreí por primera vez al viento cuando pasó por casualidad.
Bebí mi primer sorbo de agua, cuando una nube pasajera soltó sin querer un par de gotas.
Me nutrí del sol cuando las copas de los arboles grandes se mecieron dejandome ver la luz.

Mi vida fue saber aprovechar cada oportunidad.
Ahora fuerte. Ahora sabio. Mi tronco marcado cuenta mi historia.
Algunos dicen que estoy aquí por accidente,
pero las raíces que se hunden en el barro saben que no es cierto.

Desde el momento en que la naturaleza me quiso en el bosque.
Entonces yo supe que era igual a los demás.
Y así como el de al lado tuvo que esquivar mis raíces para sobrevivir.
Yo tuve que encontrar al agua, al sol y al viento para poder crecer.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El cuento del árbol al revés.


Había una vez, un árbol diferente a todos. Sus pies desnudos miraban al sol, sus brazos se filtraban en la tierra húmeda.
En invierno, la nieve le hacia cosquillas y la tierra lo abrazaba para que no sintiera tanto frío.
En primavera, los granos de polen hacían dibujos en sus tobillos. Este árbol sabía que cuando hojas color cobre danzaban en sus piernas, era porque el otoño había llegado.
Y en los días azul celeste de verano, cada tanto una lluviecita tibia le lavaba los pensamientos.
Si, un árbol diferente, al que la corteza le crecía al revés y teñida de colores psicodélicos. Un árbol único que solo algunos descubrían creciendo, en un bosque de quien sabe donde.
Raíces se llenaban de frutos rojos, para ver si con tales adornos podían simular ser brazos.
Espectacular cuando algunas almas frías lo visitaban para ser acunadas. Y bailaban como tribus indígenas, canciones con tambores y percusión. Danzas.
Me acuerdo la primera vez que escuché hablar de este magnifico ser dado vuelta. Revolví cada centímetro cúbico de tierra en este mundo y también en otros universos. Pero nada.
Todos en algun momento nos encontraremos con el árbol dado vuelta, pero el decide cuando y como.
Su sabiduría multicolor y el agua sanadora que corre en su interior tienen un tinte de magia que no muchos conocen.
Magia. Color. Danzas. Aún no bajé mis brazos. Aún no me rindo.
Buscaré y, les aseguro, que el árbol al revés de cansará de esconderse.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Memorias de un amor no correspondido.


Una motocicleta roja pasa frente a mi.
Una muchacha de cabello largo color café disfruta como el viento la despeina.
Su delicada piel mármol destella con el Sol del mediodía.
¿Amor a primera vista? No lo se.

Y tampoco lo podrá saber ella, o cualquier otro.
Mis ramas no hablan. Mi tronco no susurra. Mis hojas son mudas también.
Veo la silueta de la moto coloreada en la linea que forma la ruta con el cielo.
Mis ojos invisibles la pierden en cuestión de segundos.

Solo en mi memoria de árbol vive la joven de cabello oscuro.
Solo en mi centro aparece ella respirando el aire que ofrece el verano.
¿Pero quién soy yo en ella? No dejé marcas, ni huellas.
Solo soy un simple árbol del que quizás no se percató.

Solo en la noche me sumergo en mis fantasías.
La muchacha de peil destellante me abraza y se une a mi en cuerpo y alma.
Juntos por siempre. Juntos para siempre.
Al despertar cada mañana vernos a los ojos y enlazar ramas delicadamente.

Y quizás, alguna otra tarde, ella pase con su moto roja.
Y quizás, allá arriba, un ser supremo me escuche y me conteste.
Y entonces no sere un arbol más.
Y entonces seremos juntos los dos, un árbol mas.